Estaba totalmente desnudo, tendido boca abajo sobre un charco de sangre. Un cliente del local, ubicado en 44 entre 1 y 115, fue quien llamó a la Policía. Todavía no están claras las causas del deceso. La víctima tendría unos 50 años
El encargado de un bar ubicado enfrente de la estación de trenes apareció muerto en el baño de hombres. Estaba desnudo, boca abajo y sobre un charco de sangre. De él sólo se sabe lo que contaron los parroquianos del local. Que se llamaba Carlos, que vivía allí sin más compañía que la de un perro y que sólo cerraba los domingos.
A las 9 de la noche, un cliente habitual fue al bar Pizza al Paso, en 44 entre 1 y 115, y le llamó la atención que la puerta estuviera “totalmente abierta”, sobre todo porque el lunes y el resto de la jornada el local había estado cerrado. Además, no era normal que el perro dogo del encargado estuviera suelto en la vereda, por lo que tomó coraje y entró. Lo primero que notó fue que las luces estaban encendidas, pero nadie salió a su encuentro. Cuenta que llamó a “Carlitos” (quien solía atenderlos a diario). Y nada. Fue entonces cuando resolvió que lo mejor era llamar al 911.
Los primeros en llegar fueron los policías de la comisaría Primera, quienes revisaron las instalaciones y no tardaron en comprobar que las sospechas del testigo tenían asidero. En el baño de hombres yacía el cuerpo de quien sería el encargado del bar, aunque hasta la medianoche no había sido oficialmente identificado. “Es un hombre de entre 50 y 60 años y llevaría más de dos días sin vida”, contó un alto jefe policial, aclarando que el nombre y el apellido de la víctima son apenas dos de todos los datos que necesitaban recabar para tener un panorama más o menos claro del hecho.
Sí parece seguro que hasta el sábado hubo actividad normal en el comercio, que el domingo no abrió (nunca lo hacía) y el lunes tampoco (lo que sí llamó la atención de vecinos y clientes habituales). Ayer todo siguió igual, hasta la noche, cuando la Policía tomó conocimiento del caso.
A la escena acudieron el jefe de la Distrital Villa Elvira, Agustín Piqué; el jefe de la DDI y el de Operaciones, Juan Ibarra y Fabián Fernández, respectivamente; el de la comisaría Primera de La Plata, Daniel Piqué, y los forenses. Acceder al comercio fue simple, pero la cosa se complicó cuando intentaron entrar en la vivienda, por la amenazante presencia del perro dogo de la víctima.
Para poder ingresar, tuvieron que convocar a personal especializado, que no tardó poco en meter al perro en una jaula. “Estaba sumamente nervioso”, aportó un jefe policial, y “tenía sangre en la trompa”. Los peritos analizaban anoche el aspecto del local y la casa, para determinar si estaban revueltos.