Está acusado, junto a otras cuatro personas, de captar a siete víctimas y reducirlas a la servidumbre mediante engaños y el abuso de su situación de vulnerabilidad. Para el MPF hubo jornadas de trabajo sin descanso, salarios ínfimos y a veces inexistentes, condiciones de hacinamiento, alimentación deficiente, humillaciones y maltratos, control de salidas, de comunicaciones y de la sexualidad, pero para el juzgado de San Francisco fueron “situaciones rayanas con irregularidades de tipo laboral, previsional o fiscal u otro delito de derecho común”.
Para las fiscalas intervinientes, la resolución dictada por el juez Roque Rebak se apoya en argumentos que no responden a una correcta interpretación y valoración de la prueba reunida hasta el momento, lo que “conllevó a una conclusión equivocada y parcial” al dictar la falta de mérito de Argüello Soria, su pareja DFH y otros tres hombres De acuerdo a la apelación, los fundamentos del tribunal denotan un análisis “parcial, tendencioso, sesgado e incluso con información errónea” de la prueba recolectada ya que no solo no se tuvo en cuenta las características propias de la investigación y análisis de los sucesos, sino también las circunstancias particulares de la pesquisa.
Schianni y Mángano consideraron que el juez Rebak centró su decisión en los testimonios de las víctimas -con igualdad de relatos y ejemplos, “lo que evidencia que fue una estrategia deliberada y premeditada para responder a las preguntas planteadas por la psicóloga interviniente”-, y desestimó lo informado por los peritos de la Dirección de Jurisdicción de Asistencia y Prevención de Trata de Personas perteneciente al Ministerio de la Mujer de Córdoba y de la Dirección General de Orientación, Acompañamiento y Protección a las Víctimas (DOVIC) del Ministerio Público Fiscal. “De esa manera, se valoró una prueba en desmedro de otra sin lógica alguna”, fundamentaron.
De acuerdo al requerimiento de instrucción, con fecha que no puede precisarse con exactitud, pero ubicable con anterioridad al 30 de diciembre de 2020, Elías Daniel Argüello, líder de la secta “Dimensión Cielo”, habría captado, trasladado y acogido con fines de explotación mediante engaños personales a través del servicio de mensajería WhatsApp, la red social Facebook y videos subidos a su canal de YouTube, a al menos siete víctimas identificadas como MB, LC, EMA, DSF, MK, GF y LP. Para ello, habría transmitido a las víctimas promesas de salvación eterna con fundamentos de índole religioso, relativos a su supuesta capacidad y, posiblemente también, la de su esposa e imputada DFH y de su hija menor de edad, de ser elegidos o enviados de Dios. Todo ello, con el aprovechamiento de la situación de vulnerabilidad de las víctimas quienes se habrían encontrado en una “búsqueda de sentido” a su propia vida o reconforte emocional, debido a que se encontraban atravesando una difícil situación personal, anímica y económicamente, y algunos afectados por crisis en sus relaciones vinculares preexistentes.
El caso
La causa nació luego de una denuncia radicada en septiembre de 2020 en la que una mujer denunció que su hermana habría ingresado a una comunidad de fachada religiosa ubicada en una casa del Country “Ayres del Golf” de San Francisco, donde los miembros serían explotados laboralmente en los rubros panificación e inmobiliario. La explotación también se produciría en la capital provincial. De acuerdo a esta denuncia, el líder sería Elias Argüello, quien se considera “enviado de Dios”, seguido por su esposa, a quien llamaba “la Profeta”.
A partir de tareas investigativas realizadas por la Policía Federal, pudieron constatarse las personas que operarían en la posible comisión del delito de trata de personas, siendo su principal responsable Elías Agüero, a quien los restantes miembros de la secta deben rendirle cuentas sobre la producción y venta de los alimentos elaborados en la panificadora, como así también de la administración de la inmobiliaria “Ciudad”.