El caso data del 2017, cuando Jaime Rosado y Hugo Alberto Rivas fueron detenidos en varios allanamientos en la provincia de Buenos Aires en los que se secuestraron más de 40 kilos de cocaína. La particularidad que tenía la droga era que en cada pan tenían la marca de una Cruz Esvástica, símbolo de la alemana nazi de Adolf Hitler. Además estaba confeccionada de una manera para que no ser detectada por los perros policías ni por los scaners que se usan en las fronteras.
La investigación judicial concluyó que los acusados cobraron parte de la venta de droga con autos de alta gama. Dos de ellos fueron secuestrados, un Mercedes Benz C200 Kompresor y un Peugeot RCZ, y decomisados. Los dos vehículos fueron entregados a la Policía de la provincia de Buenos Aires que los convirtió en patrulleros, lo que fue presentado en un acto que encabezó el entonces ministro de Seguridad bonaerense, Cristian Ritondo.
La causa siguió, llegó a juicio oral y la semana pasada los dos imputados fueron condenados por tenencia de drogas con fines de comercialización. Recibieron penas de cinco años y seis meses y de cinco años de prisión. Pero los jueces del Tribunal Oral Federal 1, Nelson Jarazzo, Nicolas Toselli y Ricardo Basílico, no avalaron la solicitud de decomiso definitivo de los dos autos de alta gama que pidió durante su alegato el fiscal federal Hernán Schapiro.
Los abogados de los imputados lograron demostrar que si bien es cierto que tenían drogas en su propiedad no eran producto de una red de narcotrafico con fines de comercialización a gran escala, y que el dinero y los bienes no tenían relación con esa acusación.